Hace unos pocos años atrás, mientras Japón se encontraba organizando los juegos olímpicos para este año 2020 (juegos que han sido pospuestos por la crisis de la Covid-19) leímos en los periódicos una noticia sorprendente: los japoneses estaban dispuestos a quitar las esvásticas que aparecían en sus mapas y en sus templos ya que las mismas ofendían a algunos turistas. Vale decir que estos símbolos no son ninguna alusión al nazismo ni a la antigua alianza del imperio japonés con Alemania durante la guerra sino que tienen vinculación con los templos budistas y con un viejo símbolo religioso nipón conocido como manji, el mismo que en China se conoce como Wanzi y en Corea como manja.
Otra noticia, un poco menos seria, apareció en el tabloide inglés “The Sun”, la cual contaba que un jubilado estaba consternado al encontrar en la suela de sus alpargatas el diseño de una esvástica. Y el diario titulaba: “Un jubilado quedó horrorizado después de descubrir una esvástica impresa en la suela de sus nuevas alpargatas”, dejando en evidencia la cara de indignación del pobre señor. En la misma línea, BBC news publicó una noticia en 2017 donde una empresa que fabrica calzado se disculpa enfáticamente y anuncia el retiro del mercado de una bota que vendía por Amazon y que deja una esvástica en la huella.
La tercera noticia es de Montevideo, cuando hace algunos años atrás fue rescatada de las aguas del Río de la Plata el águila del Graf Spee, que en el año 1939 fue hundido por su propio capitán en una de las primeras acciones bélicas marítimas de la Segunda Guerra Mundial. Pues lo interesante, además del rescate, es lo que se decidió hacer con la esvástica que sujetaba el águila. Los rescatistas decidieron tapar la esvástica alemana con una lona para “no herir sensibilidades”.
Las tres noticias son interesantes porque demuestran en primer lugar la profunda ignorancia de la mayoría de las personas sobre temas de simbolismo y en segundo lugar de qué forma un símbolo puede quedar asociado de una manera tan fuerte a una ideología que termina vaciándose de contenido, al menos desde una mirada superficial.
Limitarnos a relacionar a la esvástica con el nazismo es quedarnos en la superficie, es seguir el juego de los ignorantes que no saben de historia, de religión y mucho menos de simbología.
En Estados Unidos la esvástica era un símbolo de buena suerte y solía aparecer por doquier, en carteles, tarjetas, avisos, marcas comerciales y en muchos otros sitios. Incluso durante la Primera Guerra Mundial, algunas unidades militares norteamericanas tenían como distintivo este símbolo, siempre en vinculación a la buena fortuna. Por ejemplo, la División 45 de Infantería de Oklahoma usaba una esvástica amarilla en fondo rojo, la cual a fines de los años 30 fue cambiada por otro símbolo: el thunderbird.
Algunos equipos deportivos usaban la esvástica atendiendo a su forma y viendo en ella cuatro letras L, las cuales interpretaban de este modo: Love (amor), life (vida), light (luz), luck (suerte).
Teniendo en cuenta su forma, otros vieron en ella cuatro letras griegas gamma y por eso la esvástica también es conocida como cruz gamada, aunque en la tradición ortodoxa existe otra cruz gamada o gammadion, con estas letras colocadas en otra disposición.
La importancia de la esvástica en la tradición norteamericana se fundamenta en el uso que hacían de la misma algunas tribus de los pueblos originarios fundamentalmente de Arizona como los apache, los hopi, los navajo y los papago. Estos pueblos usaban a la esvástica como motivo ceremonial y es usual encontrarla en sus ropas, en sus piezas de cerámica, en sus cestas y en sus tejidos.
Algo bastante triste sucedió durante la segunda guerra mundial cuando estos pueblos fueron obligados a firmar una declaración donde se aceptaban abandonar su símbolo ancestral de poder.
La palabra sánscrita “esvástica” significa “propicio para el bienestar” y por esta razón, además de que los apaches y los hopi lo consideraban un símbolo de poder, terminó por asociar a esta cruz con la buena suerte. Incluso, existían colgantes y joyas de varios tipos de material con la cruz gamada y en las campañas publicitarias se hacía referencia al valor simbólico de los cuatro vientos asegurando que el usuario de la esvástica recibiría de los cuatro vientos del cielo buena suerte, larga vida y prosperidad.
Por otro lado, la esvástica fue usada por los “boy scouts” como símbolo de gratitud y buena voluntad e incluso los comunistas rusos la llegaron a usar en insignias, diseños y papel billete antes de la llegada del hitlerismo al poder.
Como podemos apreciar, la esvástica es un símbolo arcaico que fue parte del patrimonio de los occidentales hasta fines de los años 30, cuando quedó vedado ya que se terminó por asociar completamente con el nacionalsocialismo de Adolf Hitler. Aún así, siguió vigente en las culturas orientales, especialmente en el jainismo, el budismo y el brahmanismo.
La pregunta es: ¿es redimible o recuperable la esvástica o ya tenemos que darla por perdida? Este es un excelente punto de partida para reflexionar acerca de los símbolos. Personalmente creo que si el gran público tuviera una buena cultura general, la esvástica podría ser redimible.
Pero mientras haya personas que se indignen porque sus zapatillas tienen una suela nazi o que las huellas de sus botas dejan una impresión sospechosa, mucho me temo que la esvástica seguirá estando proscrita.