Estamos llegando un año más al día mundial del laberinto, el 7 de mayo de 2022, una fecha especial para conectar con uno de los símbolos más antiguos de la humanidad, el laberinto.
En otros artículos hemos hablado de la importancia del simbolismo para las corrientes iniciáticas, el valor del símbolo como conector de dos realidades, una realidad material, tangible, física, con otra realidad inmaterial, intangible, metafísica.
Por intermedio del símbolo es posible realizar una síntesis de una larga historia o de conceptos muy complicados sin la necesidad de usar palabras. Por eso se dice que el simbolismo es un lenguaje universal y en ocasiones se lo denomina el lenguaje del alma.
Por lo tanto, si bien los conceptos más complejos pueden ser sintetizados en un solo símbolo o en un conjunto de símbolos que actúan casi como un circuito, lo cierto es que los símbolos deben ser decodificados pero nunca a través de la razón sino de facultades más profundas. En verdad, la razón sí puede comprender al símbolo pero en su capa más superficial, es decir mediante un entendimiento intelectual cuando en verdad el símbolo puede realmente liberar su energía-fuerza solamente a través de la intuición.
Por eso hablamos de captación intuitiva, donde las diferentes capas del símbolo (exactamente como si fuera una cebolla) pueden ser atravesadas, una a una, hasta llegar a la médula, al centro donde todas las interpretaciones se complementan entre sí para alcanzar un sentido último, primordial, integrador, holístico.
Del mismo modo que hablamos de la cebolla y sus capas y de un metafórico viaje al centro, esto se hace patente con un símbolo muy antiguo, que es el que estamos analizando en el día de hoy y que es -justamente- el laberinto.
En el trazado geométrico del laberinto es posible apreciar un desplazamiento desde la oscuridad a la luz, desde la materia al espíritu, del sueño a la vigilia, y podemos encontrar muchas otras correspondencias que nos hablan exactamente de lo mismo desde muchas perspectivas y que desde la visión iniciática está haciendo referencia a un retorno, el retorno a la unidad que fácilmente puede experimentar cualquier persona que ingrese a un laberinto.
Hay muchos laberintos en el mundo y la idea del día mundial del laberinto es -justamente- recorrer esos laberintos, conectar directamente con el símbolo, pero es verdad que no siempre es fácil acceder a esos laberintos.
Sin embargo, hay otras formas de conectar con el símbolo y una de ellas es la utilización de laberintos de dedo. ¿Qué son los laberintos de dedo? Son herramientas para la concentración utilizando el dedo para desplazarse lentamente hasta llegar al centro.
Este tipo de laberintos suele confeccionarse en madera, pero también hay en piedra, cerámica e incluso de cartón. En Amazon hay muchos que pueden conseguirse y en México la Orden los tiene a la venta, y aquí les adjuntamos el link por si alguien está interesado en conseguir un laberinto de dedo como los que estamos viendo en pantalla.
El ejercicio del laberinto de dedo es muy sencillo. Simplemente hay que hacer una armonización previa, respirando profundamente varias veces, cerrar los ojos y hacer el recorrido desde la periferia al centro de forma concentrada y manteniendo a raya a los pensamientos intrusos.
En verdad, estos pensamientos intrusos van a llegar y por eso decimos que el laberinto suele ser el escenario de una batalla donde la mente trata de boicotear la práctica. Sea como sea, lo único que debe existir para nosotros en el momento del ejercicio es el roce del dedo sobre el surco. Lo interesante es que si perdemos la concentración, ¡zas! nos podemos perder y vamos a ir vagando encontrando el camino, quizás tomemos e camino contrario… en fin, es una práctica introspectiva que vale la pena y que nos permite, al mismo tiempo, conectar con el símbolo primordial del laberinto.