Las afirmaciones son –antes que nada– recordatorios, en cierto modo “píldoras para la memoria” para que recordemos quiénes somos, adónde vamos, cuál es nuestra esencia y a qué vinimos a este mundo. Por lo tanto, cada afirmación está diseñada para resonar con nuestro ser interior, para que salgamos del piloto automático y despertemos, ayudándonos a ver más allá de las apariencias cotidianas. Son frases que, con su poder simbólico, buscan activar en nosotros esa sabiduría latente, esa chispa divina que nos impulsa hacia el crecimiento y la transformación.

Cada afirmación es un acto de presencia, un momento de reflexión que nos permite alinearnos con nuestro propósito más elevado. Son pequeñas luces que nos guían en el camino, recordándonos que somos más que lo que vemos y que nuestro viaje tiene un sentido profundo. Al pronunciarlas, estamos estableciendo un vínculo entre nuestra mente consciente y nuestro ser esencial, una conexión que nos permite avanzar con mayor claridad y determinación.

Por eso, las afirmaciones rosacruces no son simples frases bonitas ni declaraciones vacías. Son herramientas vivas de transformación, invitaciones a explorar lo que llevamos dentro y a manifestar en el mundo lo mejor de nosotros mismos.

La primera afirmación que conocí en el ámbito rosacruz me la enseñó el frater Z. en Montevideo hace aproximadamente 25 años atrás. Era un poco larga pero la quiero compartir. Decía más o menos lo siguiente:

“Me encuentro en esta hora enfrentando el Este, el punto donde sale el Sol en esta mañana de dicha y nuevas oportunidades.

Este Sol trae a mi día la Energía Infinita, que impregna mi mente y mi cuerpo. De la misma forma que la salida del Sol esfuma las sombras, la Oscuridad y la Confusión de la Noche, yo contemplo la Luz infinita de la Fuente Inagotable de Abundancia y Salud eliminando las Sombras de mi Oscuridad Interior.

Contemplo la confusión, la limitación y la enfermedad disolviéndose y saliendo de mi vida para siempre.

Yo soy digno heredero de esta Creación Universal y vivo de esa Energía-fuerza que traspasa el Cosmos y que ahora llena de Luz mi Vida. Los pensamientos que solían esclavizarme se han disuelto, como las criaturas imaginarias de la noche a la hora de la salida del Sol.

Consciente de que el pensamiento crea, hago de todo lo que pienso Pensamientos Positivos que continuamente crean la Abundancia en mi vida, traen a mi puerta el Amor Universal así como la Salud y Fortaleza a mi cuerpo físico.

Los pensamientos negativos de los otros no me afectan más, porque se disuelven en la radiación de la Luz Mayor de mi Ser Interno. La irrealidad imaginaria de estos pensamientos negativos no existe más en mi Mente, que solamente acepta la realidad de la Luz, la Vida y el Amor.

Yo enfrento este día con la valentía del que sabe su Herencia Divina, porque en mí habita un Ser que es maravilloso y divino.

Doy gracias por cada desafío, que acepto con alegría, como el atleta bien entrenado. En el campo de pruebas de la vida demostraré que soy un noble caminante que está regresando a su hogar sagrado”.

Las afirmaciones rosacruces son declaraciones estimulantes, poderosas y profundas que formulamos en voz alta y que nos ayudan a mantener una actitud positiva y atraer lo bueno a nuestra vida.

Pero, ¿qué es lo bueno? ¿lo bueno es siempre un lecho de rosas? No, lo bueno se refiere a buenas condiciones para nuestro aprendizaje.

Nuestro estado natural es la salud, pero a veces necesitamos la enfermedad para aprender. Nuestro estado natural es la dicha, pero en ocasiones necesitamos el dolor como vehículo de conciencia. Nuestro estado natural es la paz, pero a veces necesitamos el caos para encontrar nuestro centro.

Dicho de otro modo: tener una actitud positiva no significa ser cándido ni vivir en las nubes sino entender que todo es para bien, todas las circunstancias, personas y situaciones que se presentan ante nosotros no son casuales sino causales y que en esos eventos están las claves de nuestro despertar.

Es importante diferenciar entre ser optimista y ser positivo. Mientras que el optimista tiende a esperar que el futuro sea mejor, adoptando una actitud pasiva y dejando que las cosas sucedan por sí solas, el positivo no solo espera un futuro mejor, sino que también toma acción para crearlo, a través de la recta acción y la determinación constante. El optimista suele confiar en que las circunstancias externas mejorarán de manera espontánea, mientras que el positivo comprende que el cambio comienza desde dentro y que sus acciones tienen un impacto directo en el mundo que lo rodea. Ser positivo implica ser proactivo, actuar con conciencia, y buscar oportunidades de mejora en cada situación, en lugar de simplemente reaccionar ante lo que sucede. A Dios rogando y con el mazo dando.

Existen cinco elementos básicos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de vocalizar nuestras afirmaciones:

a) Debemos tener plena confianza en las afirmaciones. Estas deben ser auténticas y resonar como verdaderas para nosotros, ya que la convicción es un elemento clave.

b) Deben ser conjugadas en presente. Decir “Yo soy” en vez de “Yo seré”.

c) Deben estar formuladas en primera persona del singular: utilizando “Yo”. De esta manera, nos hacemos responsables del proceso y nos implicamos directamente.

d) Deben ser siempre afirmativas. Es esencial enunciarlas de manera positiva. Por ejemplo, es más efectivo decir “Yo estoy bien” en lugar de “Yo no estoy mal”, ya que el enfoque debe estar en lo que queremos atraer y no en aquello que deseamos evitar. Puede haber excepciones, pero en líneas generales es mejor hacerlo así.

e) Las afirmaciones deben tener un impacto emocional y ser pronunciadas desde el corazón. Cuando sentimos profundamente lo que decimos, las palabras se cargan de energía y tienen el poder de influir en nuestro subconsciente.