Estamos llegando a fin de año, al cierre de este año 2021, y bien podemos pasar de largo e iniciar el 2022 como si nada o -por el contrario- hacer un balance de todo lo que hemos aprendido, de todas las vivencias, de aquellas cosas que podemos rescatar de este período que finaliza.

En la Orden Rosacruz Iniciática hablamos recurrentemente de nuestro propósito en la vida pero siempre advertimos que, como no es fácil darnos cuenta de buenas a primeras cuál es nuestro propósito, entonces trazamos un proyecto de vida, para que -por medio de la acción, de la acción consciente- podamos ir descubriendo nuestro propósito en la vida. Y esto sirve a los 20 años, pero también a los 40, a los 60 y a los 80. Siempre es un buen momento para conectarnos con nuestro propósito.

El proyecto de vida se construye y se diseña a través de objetivos, metas palpables que año a año vamos escribiendo a nuestra bitácora y que van dando un rumbo a nuestra existencia. Entonces, si hiciste esto el año pasado como parte de nuestro módulo “Propósito y Proyecto”, perfecto, este diciembre es ideal para pasar revista a esos objetivos. Pero, si no no formas parte de nuestra escuela y no has trazado metas el año pasado, no pasa nada, de todas formas podrás evaluar el 2021 y proyectar el 2022, trazarte metas y objetivos tal como propondremos en este video.

El título de este artículo es “Ritualizar el fin de año” y creo que primero que nada debemos entender qué es un ritual

Un ritual, dicho de la forma más sencilla, es una acción que se repite en el tiempo. En cierto modo, día a día, cada uno de nosotros repite ciertas acciones, como cepillarse los dientes, comer, dormir, en otras palabras cada uno de estos actos rituales le dan un ritmo a nuestra vida. Según Byung-Chul Han, “los rituales dan estabilidad a la vida”

Sin embargo, la mayoría de estos rituales seculares son automáticos o semiautomáticos y pasamos por ellos de forma mecánica, sin prestar atención, sin ser conscientes de cada uno de esos momentos. Pero, si apreciamos el ritual desde una perspectiva iniciática observaremos que además de su carácter repetitivo, los rituales tienen una dimensión más profunda y, a través de ellos, nos podemos llegar a conectar con nuestro Ser.

En una sociedad adicta a lo novedoso y a la rapidez, el ritual parece ser una expresión cultural anacrónica cuando en verdad es una necesidad del alma, donde es preciso hacer una pausa antes de continuar.

Vuelvo a Byung-Chul Han, que se ha ocupado especialmente de este tema, y este filósofo decía: “Los rituales configuran las transiciones esenciales en la vida. Son formas de cierre. Sin ellos, nos deslizaríamos de una fase a otra sin solución de continuidad. Así es como hoy envejecemos sin llegar a hacernos mayores. O nos quedamos en consumidores infantilizados que no madurarán jamás. La discontinuidad que marcan los tiempos específicos deja paso a la continuidad de la producción y del consumo”.

Ritualizar cualquier acción, darle una connotación más profunda, tiene un efecto sacralizador, y por esta razón vamos a darle cierre al año con un sencillo ritual, honrando este fin de año, aprovechando este momento para evaluar y también ¡como no! para celebrar y agradecer por estar vivos. Sean cuales sean y cuales hayan sido las condiciones del año que se va, siempre hay motivo para celebrar.

Siempre recuerdo un diálogo que escuché en esa bella película que se llama “El exótico Hotel Marigold” y donde uno de los protagonistas habla sobre la India y su gente y comenta lo siguiente: “Aquí la gente considera la vida un privilegio, no un derecho”

Vayamos al grano. ¿Cuál es el modo en el que daremos cierre a este año que se va? A través de la prueba de Jano, es decir una actividad personal que realizaremos antes de que termine el 2021 y que conectamos con el dios Jano, el Jano bifronte, Maestro de los dos mundos, el Señor de la Iniciación, que se coloca siempre entre dos realidades: la materia y el espíritu, lo de Arriba y lo de Abajo, lo de adentro y lo de afuera, el pasado y el futuro, el año que termina y el año que empieza. Por eso el mes de Enero recibe su nombre, justamente, del dios Jano (January en inglés, Janeiro en portugués, Januar en alemán, Janvier en francés, etc.).

La prueba de Jano consiste en una caminata de una o dos horas, una pequeña peregrinación, por algún lugar de nuestra ciudad o de las cercanías donde iremos reflexionando, punto por punto, área por área, sobre todas las cosas que hemos vivido en el año 2021. Finalmente terminaremos la actividad en un café, un parque, una iglesia, una biblioteca, un lugar agradable donde podamos sentarnos, descansar, y -teniendo en cuenta lo que hemos reflexionado- escribir las metas para el próximo año. 

Algunos dirán: pero esto perfectamente puedo hacerlo en casa. Y sí, es verdad, pero aquí se trata de salir de la zona de confort, buscar un espacio propicio para hacer este trabajo, aprovechar la tranquilidad que nos brinda una buena caminata, para honrar el momento. Podemos hacer esto tirados en la cama o sentados en la computadora, pero la propuesta es ritualizar, focalizarnos, darle la importancia que merece.

Ahora vamos a repasar las cinco áreas de trabajo, que nosotros relacionamos con los cinco elementos y cada uno de estos elementos con un aspecto de nuestro ser. Entonces: tenemos:

1) Tierra

Todos los objetivos vinculados al plano físico, y tendremos en cuenta estos aspectos:

a) Economía
b) Trabajo
c) Profesión, oficio.
d) Bienes, propiedades

Aquí evaluaremos estos aspectos y todo lo que se vincula con ellos. Por ejemplo, en la economía tenemos que tratar de detectar nuestras creencias acerca del dinero, descubrir en qué gastamos o malgastamos el dinero, en cuanto al trabajo ver qué grado de satisfacción tenemos con lo que estamos haciendo y qué posibilidades hay de mejorar ese aspecto, lo cual se podría vincular perfectamente al tercer punto: profesión, oficio, de qué  forma podemos formarnos, mejorar nuestras habilidades. Por último habla de bienes, propiedades, y más allá de lo mucho o poco que tengamos, aquí es importante hacer orden y descartar todas las cosas que tenemos acumuladas, de libros que hace siglos que no leemos ni volveremos a leer, de cachivaches, en fin, cada uno de estos temas da para un video propio pero lo importante es tratar de prestar atención a cada uno de estos puntos.

2) Agua

Aquí pasamos a la segunda área, la vitalidad, y entonces consideraremos estos aspectos:

a) Salud
b) Alimentación
c) Estado físico
d) Sueño

Aquí vamos a tomar consciencia sobre nuestra alimentación, ¿comemos todo lo que llega a nuestra boca o adoptamos una nutrición consciente? Como dijimos en un video anterior, se trata de hacer pequeños cambios teniendo en cuenta el lema del Kaizen: “Hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy”. Sobre nuestra salud, siempre es preciso hacerse chequeos médicos y odontológicos, y en lo referente al estado físico incorporar algún deporte a nuestra vida. De hecho, esta caminata de fin de año puede ser el primer paso. Por último, y no menos importante, el sueño, tanto la cantidad de horas que dormimos como la calidad. 

3) Aire

Aquí pasamos al área de los afectos y consideraremos estos aspectos:

a) Familia
b) Hogar, vivienda
c) Relaciones personales (amigos, pareja)

En este punto vamos a revisar nuestros vínculos interpersonales, familia, amigos, compañeros de trabajo, pareja, etc. ¿Qué relaciones se han deteriorado? ¿A quién debo pedir perdón? ¿De quién debo alejarme? ¿Qué ser querido se fue? Es bueno hacer un repaso de todo nuestro entorno en todos los ámbitos, detectar relaciones tóxicas y buscar el modo de sanar y recomponer todo aquello que deba ser recompuesto.

En cuanto al hogar y la vivienda, ya vimos en el primer punto la importancia del orden, de aprender un poco sobre minimalismo y dejar ir todas aquellas cosas que ya no usamos o que suponen una molestia. Revisar el estado de nuestra vivienda, e incluso planificar la reparación de aquellas cosas que haya que reparar, que pintar, que acondicionar para que este espacio, renovado y mejor, pueda acompañar nuestro proceso de renovación y mejora.

4) Fuego

Es el área mental, el área del pensamiento y también de los aprendizajes:

a) Formación, estudios
b) Habilidades, entretenimiento
c) Cultura
d) Viajes

Aquí hay muchos puntos, el primero referido a nuestros estudios tanto profesionales, como habilidades nuevas o estudios de temas filosóficos e iniciáticos.

¿Qué cosas nuevas aprendimos? ¿Qué vamos a aprender el próximo año?

La recreación, el entretenimiento sí es importante, pero aquí hay que diferenciar el “ocio activo” del “ocio pasivo”, teniendo en cuenta que este último nos puede desviar completamente de nuestro propósito si se usa simplemente para llenar el tiempo libre. Aquí debemos saber que una cosa es “matar el tiempo” y otra distinta es “dignificar el tiempo”.

 Y entonces, prestemos atención ahora a este esquema:

No estoy diciendo que el ocio pasivo sea malo, pero obviamente hay gran diferencia entre mirar un partido de fútbol en el sofá tomando una cerveza y comiendo doritos, que jugar al fútbol. Por eso hay que ser muy selectivos a la hora de elegir qué tipo de productos audiovisuales vamos a elegir, qué películas vamos a ver, qué canales de YouTube vamos a seguir, qué tiempo le vamos a dedicar a las redes sociales.

5)  Éter

Esta es el área espiritual.

a) Trabajo interior
b) Servicio y Comunidad
c) Fraternidad

¿Qué tal ha sido nuestro proceso interior? ¿En qué hemos fallado? ¿En qué hemos avanzado? ¿Hemos sido constantes? Es importante dedicar un espacio diario, aunque sean 5 minutos, al trabajo interior. Luego llegará el momento de ir ganando espacio, 10 minutos, 15 minutos, pero lo más importante aquí es el compromiso, la constancia y esos pequeños avances día a día. Los otros puntos de esta área nos conectan con otras personas, tanto con nuestra comunidad como con nuestros Hermanos y Hermanas del Camino, aquellos que comparten nuestros ideales. ¿Cómo podemos mejorar en estos aspectos?

También, con referencia a la comunidad y al planeta todo, es bueno también poner foco en el consumo responsable, de nuestro impacto y de lo que hacemos (o no) para dejar nuestro planeta mejor de lo que lo encontramos o al menos hacer nuestra parte.

Para no olvidar ninguno de estos puntos, les recomendamos imprimir la estrella del propósito, donde aparecen cada uno de estos aspectos.

Por lo tanto, durante la caminata iremos repasando uno a uno estos puntos, tomando nota mental de todo aquello que podemos cambiar, optimizar. Si no queremos olvidarnos, podemos usar alguna aplicación del celular como Evernote, Notion, Trello, bueno cualquiera de estas y anotar todo esto como borrador para procesarlo al final, cuando lleguemos al sitio donde escribiremos nuestros objetivos para el año próximo.

Lo cierto es que todo lo que escribamos tenemos que resumirlo y tenerlo siempre a mano para ir controlando semana a semana, mes a mes, cada uno de los objetivos.

Para este trabajo necesitamos atención e intención. Atención para enfocarnos en la cotidianidad, teniendo en cuenta los objetivos que nos hemos trazado, viviendo en el aquí y ahora. Por otro lado, intención, es decir poner energía en estos propósitos, querer pero no solamente querer. Querer y hacer.

Por lo pronto, estamos organizando para diciembre la prueba de Jano de forma conjunta, es decir que cada uno pueda hacerla en su ciudad, a su ritmo, pero que -en esos dos días- compartir fotos de la caminata, conectar con otras personas que estarán haciendo la misma prueba en distintos lugares del planeta.